El concepto de poliamor no es algo ni nuevo ni tan extraño. Determinados colectivos swinger lo practican hoy con desenvoltura, ya antes los
hippies hicieron sus pinitos en las comunas y en la historia encontramos multitud de ejemplos.
Me apetece señalar a dos mujeres, Anaïs Nin y Alexandra Kollontai, que lo practicaron hasta las últimas consecuencias y sin ninguna frivolidad -es decir, reflexionando sobre sus sentimientos-. Adoptaron filosofías bien divergentes.
Anais Nin, romántica, enamoradiza y apasionada, vivió buceando entre amores viscerales y torbellinos sexuales. Hacía su vida libremente entregándose a fondo al amor y dejándose arrastrar por los sufrimientos y placeres a los que conduce el deseo sexual.
Alexandra Kollontai también optó por una sexualidad libre -libertina si preferís-, pero se empeñó en despojar de todo romanticismo al sexo. Consideraba que los ideales románticos llevan a aferrarse con enfermiza avidez al otro y degasta demasiadas energías, muy útiles para otros asuntos. Ella optaba en sus relaciones por la camaradería y la amistad.
Kollontai decía que el ideal es conseguir vivir el sexo como algo simple y básico. Llamó a su teoría la del "vaso de agua" un don a disfrutar entre colegas sin mayores aspavientos. La sexualidad de Anaïs, por contra, sería la sexualidad "vino de roble", " o cava, de los de burbujas y resaca.
Aquí más sobre la biografía erótica de Anais Nin
Aquí más sobre la biografía erótica de Kollontai.
Me apetece señalar a dos mujeres, Anaïs Nin y Alexandra Kollontai, que lo practicaron hasta las últimas consecuencias y sin ninguna frivolidad -es decir, reflexionando sobre sus sentimientos-. Adoptaron filosofías bien divergentes.
Anais Nin, romántica, enamoradiza y apasionada, vivió buceando entre amores viscerales y torbellinos sexuales. Hacía su vida libremente entregándose a fondo al amor y dejándose arrastrar por los sufrimientos y placeres a los que conduce el deseo sexual.
Alexandra Kollontai también optó por una sexualidad libre -libertina si preferís-, pero se empeñó en despojar de todo romanticismo al sexo. Consideraba que los ideales románticos llevan a aferrarse con enfermiza avidez al otro y degasta demasiadas energías, muy útiles para otros asuntos. Ella optaba en sus relaciones por la camaradería y la amistad.
Kollontai decía que el ideal es conseguir vivir el sexo como algo simple y básico. Llamó a su teoría la del "vaso de agua" un don a disfrutar entre colegas sin mayores aspavientos. La sexualidad de Anaïs, por contra, sería la sexualidad "vino de roble", " o cava, de los de burbujas y resaca.
Aquí más sobre la biografía erótica de Anais Nin
Aquí más sobre la biografía erótica de Kollontai.