jueves, 16 de agosto de 2012

Poliamor

El concepto de poliamor no es algo ni nuevo ni tan extraño. Determinados colectivos swinger lo practican hoy con desenvoltura, ya antes los hippies hicieron sus pinitos en las comunas y en la historia encontramos multitud de ejemplos.

Me apetece señalar a dos mujeres, Anaïs Nin y Alexandra Kollontai, que lo practicaron hasta las últimas consecuencias y sin ninguna frivolidad -es decir, reflexionando sobre sus sentimientos-. Adoptaron filosofías bien divergentes.
Anais Nin, romántica, enamoradiza y apasionada, vivió buceando entre amores viscerales y torbellinos sexuales. Hacía su vida libremente entregándose a fondo al amor y dejándose arrastrar por los sufrimientos y placeres a los que conduce el deseo sexual.

Alexandra Kollontai también optó por una sexualidad libre -libertina si preferís-, pero se empeñó en despojar de todo romanticismo al sexo. Consideraba que los ideales románticos llevan a aferrarse con enfermiza avidez al otro y degasta demasiadas energías, muy útiles para otros asuntos. Ella optaba en sus relaciones por la camaradería y la amistad.

 Kollontai decía que el ideal es conseguir vivir el sexo como algo simple y básico. Llamó a su teoría la del "vaso de agua" un don a disfrutar entre colegas sin mayores aspavientos. La sexualidad de Anaïs, por contra, sería la sexualidad "vino de roble", " o cava, de los de burbujas y resaca.

Aquí más sobre la biografía erótica de Anais Nin
Aquí más sobre la biografía erótica de Kollontai.